el maestro

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"Trincheras de ideas valen más que trincheras de piedra." José Martí

Tuesday, April 17, 2012

Cuba frente a los desafíos del siglo XXI




Entrevista a Ricardo Alarcón, Presidente del Parlamento cubano

Salim Lamrani
Center for International Policy

Presidente del Parlamento cubano desde 1992 y miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba, Ricardo Alarcón de Quesada es la tercera figura del gobierno cubano, después del Presidente Raúl Castro y del Primer Vicepresidente Antonio Machado Ventura. Profesor de Filosofía y diplomático de carrera, estuvo cerca de 12 años en Estados Unidos como embajador de Cuba en las Naciones Unidas. Alarcón se ha convertido, con el paso del tiempo, el portavoz del gobierno de La Habana. En esta larga entrevista de casi dos horas, Alarcón no rehúye ningún tema. Habla del papel de Fidel Castro desde su retiro de la vida política y explica la presencia de Raúl Castro en el poder. Evoca también la reforma del modelo económico y social cubano así como los desafíos que esperan a la nación. 

Después, Alarcón aborda la cuestión migratoria y las relaciones con Estados Unidos bajo la administración Obama. Diserta también sobre la espinosa problemática de los derechos humanos y los presos políticos. Tampoco vacila en abordar el caso Alan Gross, contratista estadounidense encarcelado en Cuba, así como el caso de los cinco agentes cubanos encarcelados en Estados Unidos. La entrevista evoca el descubrimiento de importantes yacimientos petroleros en la zona económica exclusiva de Cuba del Golfo de México y sus posibles consecuencias. Finalmente la conversación termina con las relaciones con la Iglesia Católica y el Vaticano, la próxima visita del Papa Benedicto XVI, las relaciones con la Unión Europea, los vínculos con la nueva América Latina y el futuro de Cuba después de Fidel y Raúl Castro.

Fidel y Raúl Castro

Salim Lamrani: Señor Presidente, Fidel Castro abandonó el poder en 2006 por razones de salud. ¿En qué estado se encuentra actualmente y a qué dedica su tiempo?

Ricardo Alarcón de Quesada: Según mis informaciones, goza de una excelente salud si tomamos en cuenta la edad avanzada y las operaciones a las cuales tuvo que someterse. Tiene una vida muy activa. Pasa mucho tiempo leyendo y escribe regularmente sus reflexiones. También ha publicado varios libros. Actualmente se concentra en temas de investigación precisos, particularmente en la cuestión alimentaria y agrícola. Analiza las diferentes formas de producción agrícola posibles que permitirían resolver la grave crisis alimentaria que afecta al mundo, y particularmente a las regiones más pobres.

Fidel Castro es un hombre que dispone de centros de interés sumamente variados. Estudia todo tipo de temáticas y problemáticas, y debo confesar que está muy ocupado por ello.

SL: ¿Cómo se explica la presencia de Raúl Castro en el poder? ¿Acaso es por su lazo familiar con Fidel Castro? ¿No se trata de alguna forma de sucesión dinástica?

RAQ: De ninguna manera la presencia de Raúl Castro a la cabeza de la nación cubana se vincula con su relación parental con el líder de la Revolución Cubana que es Fidel Castro. Permítame explicarme. Raúl Castro ya ocupaba el puesto de Primer vicepresidente cuando Fidel Castro estaba en el poder. Había sido electo para ese cargo. Resultaba lógico entonces que sustituyera al Presidente en caso de vacío de poder. Del mismo modo que sería constitucionalmente normal que el Presidente del Senado francés sucediera al Presidente de la República francesa en caso de vacío de poder. Por otra parte, Raúl Castro fue electo Segundo secretario del Partido Comunista durante el Primer Congreso en 1975 y por ello ocupa actualmente el cargo de Primer secretario.

SL: ¿Pero acaso no ocupaba esas funciones por su estatus de hermano de Fidel Castro?

RAQ: Creo que la explicación es de orden histórico y no familiar. Permítame precisar mi pensamiento. Raúl, independientemente del hecho de que sea el hermano de Fidel, desempeñó un papel fundamental desde los primeros momentos de la lucha contra la dictadura de Fulgencio Batista en 1956. Fue el organizador y el jefe del Segundo Frente del Ejército Rebelde en la Sierra Maestra en 1958. Siempre fue considerado como el segundo jefe de la Revolución, desde la época de la lucha armada contra el régimen militar, por sus méritos personales y sus excepcionales cualidades de líder, y no por su relación familiar con Fidel Castro.

Nótese por otra parte que Raúl es el único miembro de la familia Castro en ocupar un puesto político en Cuba. Si se tratase de nepotismo, todos los miembros de su familia ocuparían puestos claves. Pero no es el caso. Fidel Castro tiene varios hermanos y hermanas pero ninguno ha desempeña un papel político en la historia de Cuba salvo Raúl. No obstante Fidel tiene un hermano mayor que se llama Ramón. Sepa usted que éste –ni ningún otro miembro de su familia– ha ocupado un puesto jerárquico nacional. Ramón trabaja en la agricultura, que constituye su principal centro de interés. Los hijos de Fidel Castro no son ministros. Repito, la presencia de Raúl Castro en el poder responde más bien a una lógica histórica que a un vínculo familiar.

SL: En 2008, tras su elección, Raúl Castro propuso al Parlamento que se consultara a Fidel Castro sobre todas las cuestiones estratégicas. Los diputados aceptaron esta propuesta. ¿Acaso no sería una discreta forma de gobernar por parte del líder histórico de la Revolución? ¿Quién toma realmente las decisiones en Cuba?

RAQ: En nuestro país las decisiones se toman de modo colegiado, incluso cuando Fidel Castro se encontraba en el poder. Raúl Castro ha insistido mucho en este aspecto, en la institucionalización del proceso revolucionario. Estamos preparando actualmente la conferencia del Partido que tendrá lugar en enero de 2012, con una participación muy amplia no sólo de todos los militantes sino también de los ciudadanos que no son miembros del Partido.

También el gobierno funciona como un órgano de dirección colectiva. El Consejo de Ministros se reúne todas las semanas. Del mismo modo, el Buró Político del Comité Central del Partido, así como el Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros, se reúnen todas las semanas para discutir, debatir y tomar las decisiones importantes.

Fidel Castro dispone de una autoridad moral y política muy fuerte que no proviene de un cargo, de una función o de una responsabilidad que habría conseguido mediante las elecciones en un momento dado, sino de su papel histórico. Por ello, como lo explicó Raúl Castro ante el Congreso, siempre se solicita su opinión para las cuestiones estratégicas de primera importancia. No participa en las reuniones que acabo de mencionarle pero cuando se trata de cuestiones de primer orden, se le consulta sistemáticamente.

Recuérdese no obstante que nos encontramos en un país donde se consulta a todo el mundo sobre casi todos los temas. Si existe una realidad en Cuba que es innegable, es el abundante número de reuniones donde la gente expresa sus puntos de vista y le puedo asegurar que los debates son animados pues las divergencias de opinión son reales. Los trabajadores, los militantes, los vecinos, absolutamente todo el mundo participa en ellos. Lógicamente, Fidel Castro tiene voz y voto. Resulta claro que no da su opinión sobre todo sino que se concentra más bien en las cuestiones fundamentales.

SL: Un sabio, si se puede decir

RAQ: Fidel no ocupa ninguna posición formal hoy día, pero sigue siendo Fidel Castro, el líder histórico de la Revolución, el que nos llevó a la victoria contra Batista. Sigue siendo el principal arquitecto de la resistencia frente a Estados Unidos desde hace más de medio siglo. Su opinión reviste lógicamente un carácter particular sobre lo que es de orden estratégico.

La reforma del modelo económico cubano

SL: En abril de 2011, el Congreso del Partido Comunista decidió reformar el modelo económico cubano. ¿A qué se debe este cambio? ¿En qué consiste exactamente?

RAQ: Nosotros, los cubanos, nos hemos dado cuenta de que debíamos introducir importantes cambios en el proyecto económico y social de nuestro país, con el fin de salvar el socialismo, mejorarlo, perfeccionarlo. Tomamos en cuenta factores objetivos de la realidad. El socialismo cubano durante un largo periodo estuvo muy vinculado al socialismo basado en la Unión Soviética. Desde luego, ya no puede ser así. También resulta necesario tomar en cuenta factores globales presentes en la escena internacional. Por otra parte, conviene rectificar algunos aspectos de nuestro proyecto económico y social, que tenían sin duda un sentido en aquella época en la que se aplicaron, pero ya no se justifican. Algunas políticas que se tomaron en el pasado tenían una explicación coyuntural, pero ya no es el caso.

¿Qué buscamos exactamente? Tratamos alcanzar una mejor eficiencia económica, un uso más racional y eficaz de nuestros recursos naturales, materiales, económicos y financieros, los cuales son limitados. Debemos tomar en cuenta los principales factores externos relativos a Cuba, que son las sanciones económicas que nos impone Estados Unidos, y que no han dejado de intensificarse en los últimos años. Conviene también tomar en cuenta las realidades positivas, tales como los cambios importantes ocurridos en América Latina y el Caribe. Tras un análisis de los problemas de la sociedad cubana, una reflexión colectiva al respecto, llegamos a la conclusión de que había que introducir cambios para hacer frente a estas realidades objetivas y también porque estamos convencidos de que hay una mejor manera de proceder para construir una sociedad más justa.

SL: Cuba decidió reducir el papel del Estado.

RAQ: Efectivamente hemos decidido reducir el papel del Estado en nuestra sociedad. No hemos renunciado a la idea que la sociedad tiene una responsabilidad hacia sus ciudadanos. Seguimos convencidos de que el acceso a la salud, a la educación, a la cultura, a la seguridad social, a la asistencia social, a la jubilación, a las bajas de todo tipo, al bienestar son derechos humanos fundamentales. Estos sectores representan la mayor parte del presupuesto nacional y nos obligan a mantener cada año un déficit presupuestario de cierta importancia que tratamos de controlar y reducir, como la mayoría de los países del mundo. No obstante, en nuestro caso, ello no se hace en detrimento del papel fundamental del Estado.

SL: ¿Es decir?

RAQ: El Estado no renuncia a su papel y no pone en tela de juicio las conquistas sociales. Para mantener un acceso a la salud universal y gratuita, a la educación universal y gratuita y garantizar a todos las prestaciones sociales, el derecho a la jubilación, a la asistencia social, resulta imprescindible alcanzar la mayor eficiencia posible en la elaboración de los derechos sociales. Realizamos un trabajo de fondo con el fin de ofrecer un servicio de excelente calidad a menor costo, lo que no significa reducir el salario del maestro sino al contrario eliminar los gastos inútiles, inherentes a la burocracia. Se trata aquí de la perspectiva general para el resto de la economía.

SL: Uno de los objetivos es entonces acabar con los obstáculos burocráticos, con una salida del Estado de los sectores no estratégicos, tales como las peluquerías, por ejemplo.

RAQ: Raúl Castro ha evocado a menudo el caso de las peluquerías. ¿En qué momento afirmó Carlos Marx que el socialismo consistía en colectivizar las peluquerías? ¿En qué momento dijo que esta actividad, así como muchas otras, tenía que ser administrada y controlada por el Estado? La idea del socialismo siempre fue la socialización de los medios fundamentales de producción. Resulta claro que la acepción del término “fundamental” puede tener un espectro más o menos amplio. En cuanto a nosotros, estamos convencidos de que es imposible renunciar a ciertas cosas. No obstante, para el resto es indispensable reducir la implicación del Estado en tareas y actividades que la gente puede realizar ella misma, por su cuenta, de modo cooperativo. Ello permite al Estado reducir sustancialmente los costos y garantizar lo que consideramos derechos humanos fundamentales. Para ello, hay que liberar nuevas fuerzas productivas, permitir las iniciativas personales tanto en la ciudad como en el campo, con el fin de construir un socialismo a la cubana, que, en fin de cuentas, no consiste en responder a un dogma establecido, en seguir un ejemplo o en copiar un modelo preestablecido.

SL: Un socialismo que por lo tanto sería genuinamente cubano.

RAQ: Lo que actualmente caracteriza América Latina es que un cierto número de países, a su modo, están construyendo su propio socialismo. Durante mucho tiempo, uno de los errores fundamentales que cometió el movimiento socialista y revolucionario fue creer que existía un modelo de socialismo. En realidad no hay que hablar de socialismo sino de socialismos en plural. No hay un socialismo que sea similar a otro. El socialismo es “creación heroica” decía Mariátegui. Si se trata de creación, debe responder a realidades, motivaciones, culturas, situaciones, contextos y objetivos que no son idénticos, sino diferentes.

SL: ¿Cómo se decidió esta reforma del modelo económico?

RAQ: Nos encontramos frente a una situación experimental, desarrollada según un método muy cubano y –diría yo– muy socialista, es decir a través de un proceso constante, amplio y auténtico de consulta popular. El Partido propuso un proyecto de reforma del sistema económico. Este proyecto se debatió en todo el país, no sólo entre los militantes, sino también con todos los ciudadanos que quisieron participar en esas discusiones. El proyecto se modificó profundamente tras estos debates. Unos artículos se modificaron, algunos se propusieron, otros se eliminaron. El documento inicial se modificó en más de un 70% tras los debates ciudadanos y se propuso luego al Congreso del Partido. Se crearon varias comisiones con el fin de trabajar y reflexionar sobre el documento final y analizar las nuevas propuestas que surgieron después del gran debate nacional. Finalmente, se presentó un nuevo documento con 311 propuestas de cambio al Parlamento, el cual lo aprobó. Algunas medidas ya están en aplicación, otras se están elaborando y otras se hallan en fase de debate no en cuanto al contenido sino en cuanto al modo de realizarlas.

No creemos que haya muchos gobiernos en el mundo que se tomen el trabajo de consultar a la población antes de lanzar una política de transformación del sistema económico. No estamos convencidos de que los gobiernos que aplicaron medidas de austeridad drásticas, que redujeron los presupuestos de la salud y de la educación, que aumentaron la edad de la jubilación, por la crisis sistémica neoliberal que toca a numerosas naciones, hayan pedido la opinión de los ciudadanos sobre los cambios profundos que afectan ahora a su vida diaria.

De todo ello emergerá un socialismo nuevo, diferente del que tenemos actualmente pero siempre será socialismo y será sin lugar a duda más auténtico.

SL: ¿Acaso no se trataría de un regreso al capitalismo?

RAQ: No lo creemos, aunque es verdad que habrá más presencia en la sociedad cubana de mecanismos de mercado, de elementos que caracterizan la economía de mercado, del capitalismo, si prefiere.

SL: Desde el mes de noviembre de 2011, los cubanos pueden comprar y vender su vivienda o su coche. ¿Por qué algo que constituye la norma en el resto del mundo estaba prohibido, o por lo menos fuertemente controlado en Cuba?

RAQ: Permítame darle una explicación histórica. En los años 60, cuando se tomaron estas medidas, el objetivo era impedir la restauración capitalista con la acumulación de bienes. Tomemos el ejemplo de la Revolución que había hecho una reforma agraria, pero poco tiempo después volvió a surgir el latifundio. La Revolución Cubana no quería cometer el mismo error. Si el campesino que posee un pedazo de tierra gracias a la reforma agraria decidía vendérselo al latifundista más rico, dañaba los fundamentos de la reforma agraria, pues contribuía a una nueva acumulación de bienes y al resurgimiento del latifundio.

En cuanto a la vivienda, la reforma urbana había permitido que todos los cubanos tuvieran una vivienda limitando la concentración de propiedad. Usted puede pasear por La Habana y no encontrará absolutamente a nadie que viva en la calle o debajo de un puente, como es el caso en numerosas capitales occidentales. Puede existir un problema de saturación, con varias generaciones que viven bajo el mismo techo, pero nadie queda desamparado. No queríamos encontrarnos de nuevo con acaparadores de propiedades y por eso se impusieron restricciones, aunque no una prohibición total.

SL: ¿Y en cuanto a los coches?

RAQ: En cuanto a los coches, la cuestión es más compleja pues se trata de un producto de importación del cual depende la nación. Históricamente Cuba jamás tuvo una industria automovilística. Cuba produjo algunos medios de transporte colectivo, pero el automóvil jamás se produjo en Cuba. Existe también otro elemento fundamental que es el combustible, que siempre constituyó el talón de Aquiles de la economía cubana. Había que establecer entonces controles y algunas restricciones.

Conviene recordar que algunas de esas medidas de control son anteriores a la idea del socialismo cubano. Me refiero a menudo a un documento sumamente interesante que data de febrero de 1959, cuando se estableció en Cuba un control sobre las divisas y las importaciones. Así, hasta febrero de 1959, la burguesía cubana estaba acostumbrada a ir al banco para comprar dólares e importar un coche, perfume o artículos de lujo. Cuando triunfó la Revolución, una parte de la elite vinculada al antiguo régimen tomó el camino del exilio y entre esas personas se encontraba el presidente del Banco Nacional de Cuba.
 

El gobierno provisional que dirigía Manuel Urrutia nombró entonces al doctor Felipe Pazos a la cabeza de esa institución. Pazos había sido el fundador y primer presidente de esa entidad financiera nacional que nació en 1950 bajo el gobierno de Carlos Prío Socarrás. Pazos era un economista de prestigio, independiente y no era de izquierda. Había dirigido el Banco de 1950 a marzo de 1952, fecha que marcó el golpe de Estado de Fulgencio Batista. Cuando tomó su cargo, redactó un informe que entregó al presidente Urrutia –Fidel Castro sólo era jefe de las Fuerzas Armadas en aquella época– en el cual describía el estado de las finanzas cubanas y revelaba el saqueo de las reservas que hicieron los dirigentes del antiguo régimen antes de huir.

Pazos –no el Che Guevara, Raúl Castro u otro radical del Movimiento 26 de Julio– que era el representante emblemático de las clases pudientes, muy respetado por la burguesía de la época, decidió entonces establecer un control de cambios, suspender la venta de dólares e imponer un control estricto sobre las importaciones. Como presidente del Banco Nacional, había informado a Urrutia de que resultaba imperativo tomar esas medidas por el desastre financiero en el cual se encontraba la nación. La situación económica de Cuba era dramática y conviene reconocer que los elementos de tensión que existían en la economía cubana todavía no han desaparecido.

Así, a partir de los años 60, hubo una fuerte restricción sobre la importación de productos –incluso los coches– y ello ha persistido hasta hoy por razones económicas. Esa decisión –repito– la tomó un economista de prestigio, Felipe Pazo, que no era un radical o un comunista, sino más bien un conservador.
 

Existían dos tipos de situaciones. Los que ya poseían un coche antes del triunfo de la Revolución podían usarlo como les diera la gana, venderlo, etc. Después, dado que el Estado tenía el monopolio sobre las importaciones, el automóvil se vendía a los funcionarios a un precio subvencionado –a menudo apenas al 10% de su valor real– o a los elementos que se habían destacado por sus méritos. La contrapartida era que no podían venderlo, por evidentes razones “antiespeculación”. Así se limitaba la propiedad personal del automóvil y se destinaba a una función social. Si se legalizaba la venta de coches, la posesión de ellos no sería de los que tenían un uso social o los que lo habían conseguido por sus méritos, sino de los que disponían de los ingresos más importantes. Eso se justificaba así en aquella época. Había que impedir el desarrollo de la especulación sobre los coches puesto que el país, desde luego, no disponía de recursos suficientes para importarlos en masa ni para proporcionar el combustible necesario para su funcionamiento. Ahí también el Estado impuso algunas restricciones.

SL: ¿Cuál es la nueva situación?

RAQ: Ahora, vemos eso con una perspectiva diferente. Si uno es propietario de su vivienda –que es el caso del 85% de los cubanos– es posible venderla. ¿Por qué? Tomemos el caso de una familia que crece o que desea conseguir un bien más grande y el caso de otra familia que se reduce pues los hijos han crecido y se han casado, y que necesita una vivienda más modesta. Ahora les será posible proceder a un intercambio o a una venta. También es posible donarla, prestarla, arrendarla, etc. Antes sólo era posible el intercambio, así como alquilar una habitación. En realidad, se trata ahora de facilitar este tipo de transacciones y eliminar todos los obstáculos burocráticos.

SL: ¿Cuáles eran los obstáculos?

RAQ: Antes hacía falta una decisión administrativa del Instituto Nacional de la Vivienda. Para ello, era necesario un acuerdo de la Oficina Municipal de la Vivienda, luego había que conseguir una autorización a nivel provincial y por fin a nivel nacional. La burocracia era enorme y dado que se trataba de decisiones administrativas, eran fuentes de corrupción y de soborno.

Ahora, desde el 1 de diciembre de 2011, si dos personas desean intercambiar su vivienda sólo necesitan ir ante el notario con los títulos de propiedad. Se eliminaron todos los trámites burocráticos inútiles. Siempre hubo notarios en Cuba pero antes actuaban al final tras la obtención de las autorizaciones administrativas por parte del vendedor y del comprador.

¿Qué pasa en caso de litigio?

RAQ: En caso de litigio, si una persona reivindica por ejemplo algunos derechos sobre una transacción que se hizo, sea una venta o una permuta, los tribunales decidirán y tendrán la última palabra. Los burócratas no tendrán voz ni voto. Usted se da cuenta de que en un solo sector, logramos reducir de modo drástico la función administrativa y burocrática eliminando los trámites inútiles. Estas reformas permitirán resolver algunos problemas relativos a la vivienda facilitando las transacciones de venta y permuta. 

En cuanto a los coches, será más simple porque existe un registro de vehículos desde hace mucho tiempo. Se trata de desburocratizar nuestra sociedad. La gran limitación reside en el hecho de que los particulares no pueden importar vehículos y –perdóneme la repetición– esa decisión la tomó hace cincuenta años Felipe Pazos y no Fidel Castro, antes de que Estados Unidos decretara un embargo comercial contra nuestra nación, antes de la Ley Torricelli de 1992, antes de la Ley Helms-Burton de 1996 y de los dos informes de la Comisión de Asistencia para una Cuba Libre de 2004 y 2006, que agravan las sanciones económicas. Como usted se puede imaginar, estas sanciones han agravado nuestra economía nacional y nos han llevado a imponer un control estricto sobre las importaciones personales.

Del mismo modo, un candidato a la emigración podrá vender ahora su vivienda, antes de abandonar el país o donarla a su familia hasta el cuarto grado de consanguinidad. Antes, el Estado tomaba posesión de la vivienda abandonada y se la entregaba a otra familia. En adelante ya no será el caso.

La cuestión migratoria

SL: Hablemos justamente de la cuestión migratoria. ¿Por qué existen todavía en Cuba restricciones sobre la emigración? ¿Por qué a un cubano que abandona el país durante más de once meses se le considera como un emigrante definitivo que pierde la mayor parte de los derechos reservados a los residentes permanentes?

RAQ: Uno de los temas que estamos debatiendo actualmente al más alto nivel del Estado concierne la cuestión migratoria. Vamos a proceder a una reforma migratoria radical y profunda en los próximos meses con el fin de eliminar este tipo de restricción.

Resulta necesario recordar como preámbulo de esta problemática que la cuestión migratoria ha sido uno de los temas más manipulados por la política de Estados Unidos. Siempre se ha usado como un arma de desestabilización contra Cuba desde 1959 y como un elemento de distorsión de la realidad cubana. Le recuerdo que la ley de Ajuste Cubano que el Congreso de Estados Unidos aprobó en 1966 aún está vigente. Estipula que todo cubano que abandona legal o ilegalmente el país, pacífica o violentamente, consigue automáticamente al cabo de un año el estatus de residente permanente. Usted admitirá que se trata aquí de un formidable factor de incitación a la emigración legal pero sobre todo ilegal. Pues al mismo tiempo Estados Unidos limita a 30.000 el número de cubanos que pueden emigrar cada año. La lógica quisiera que la representación diplomática de Estados Unidos en La Habana otorgara una visa a todo candidato a la emigración en virtud de la ley de Ajuste Cubano. Ahora bien no es el caso.

SL: ¿Con qué objetivo, según usted?

RAQ: Con el objetivo de favorecer la emigración ilegal e instrumentalizar este fenómeno montando una campaña mediática sobre los pobres cubanos que tratan de abandonar el país a todo precio. El único país del mundo que se beneficia de una ley de Ajuste por parte de Estados Unidos es Cuba. Por eso no hay ningún cubano en situación ilegal en el territorio americano pues automáticamente a todos se les regulariza. De un lado Estados Unidos vota leyes que criminaliza a todos los inmigrantes de todos los países del mundo y del otro acogen a los cubanos con los brazos abiertos.

SL: ¿Cuáles son las demás razones que explican el control migratorio?

RAQ: Conviene recordar también que nuestro país ha sido víctima de una larga campaña de terrorismo desde 1959 hasta 1997, organizada por Estados Unidos. Una parte de la emigración cubana es responsable de miles de atentados terroristas contra nuestra nación, los cuales costaron la vida a 3.478 personas, a las cuales hay que agregar otras 2.099 víctimas con lesiones permanentes. El terrorista y antiguo agente de la CIA Luis Posada Carriles, autor de más de un centenar de asesinatos de los cuales no deja de vanagloriarse públicamente, todavía está protegido en Estados Unidos que se niega a juzgarlo o a extraditarlo. Vive tranquilamente en Miami. Es una realidad que los medios occidentales, no obstante tan prolijos cuando se trata de Cuba, prefiere ignorar.

SL: Pero las cosas son diferentes en la actualidad.

RAQ: Efectivamente, las cosas han cambiado mucho. Ahora, la comunidad cubana en el exterior constituye el segundo grupo de personas en orden de importancia que viaja a Cuba anualmente. Cerca de medio millón de cubanos instalados fuera de nuestras fronteras nos visitan cada año. La inmensa mayoría de la emigración cubana tiene una relación normal con su patria de origen.

Hace cincuenta años no era el caso. La mayoría se componía de exilados y entre ellos se encontraban los que habían saqueado el Tesoro Público. Entre ellos también se encontraban los invasores de Playa Girón (Bahía de Cochinos), los que entraban clandestinamente, ponían bombas y asesinaban a los jóvenes profesores de la campaña de alfabetización. Como usted puede imaginarlo, las cosas eran distintas.

Desde entonces, otros cubanos emigraron a Estados Unidos y no presentan el mismo perfil que el exilio histórico. Se trata ahora de una emigración económica cuyo interés fundamental es mantener un vínculo pacífico con su país de origen. Tienen familia, amigos y desean ante todo estabilidad.
 

Esta nueva realidad nos lleva a una reforma sustancial de nuestra política migratoria. Se deben cambiar algunas reglas y eliminar otras.

Existe también otra explicación a esas restricciones: la necesidad de proteger nuestro capital humano. La formación de médicos, técnicos, profesores, etc., cuesta muy caro al Estado cubano y Estados Unidos lo hace todo para privarnos de estas riquezas humanas. En 1959, el 50% de los médicos cubanos –3.000– se exiliaron a Estado Unidos donde se les ofrecían mejores condiciones de vida. Existe desde 2006 una política que adoptó la administración Bush titulada
 The Cuban Medical Program, destinada a privar a la nación cubana de sus médicos incitándoles a emigrar a Estados Unidos. Este programa todavía está vigente incluso bajo la administración Obama. Tenemos el deber de proteger nuestro capital humano.

Las relaciones con Estados Unidos

SL: Abordemos ahora la relación con Estados Unidos. ¿Cuáles son, desde un punto de vista cubano, las diferencias entre la administración Obama y la precedente administración Bush?

RAQ: La diferencia más notable concierne el estilo, el lenguaje. Obama es un hombre más sofisticado, más culto que Bush. No es un gran elogio de parte mía ya que se puede decir lo mismo de casi todo el mundo. No resulta muy difícil ser más inteligente que George W. Bush. Si concedemos un cambio formal con respecto a la precedente administración, no es el caso en cuanto a la sustancia. Recuerdo siempre esta famosa canción Killing me softly with your words. Pues el objetivo de destruir la Revolución Cubano, de subvertir el orden establecido, de dominar a Cuba como en el pasado, sigue siendo el mismo, con palabras menos agresivas no obstante, con un enfoque más suave.

SL: Más allá del estilo, hubo algunos cambios ¿no?

RAQ: La administración Obama se distinguió fundamentalmente en un aspecto que concierne a la comunidad cubanoamericana. Durante su campaña presidencial, Barack Obama viajó a Miami y prometió eliminar las restricciones drásticas que había impuesto la administración Bush sobre los viajes de los cubanos que vivían en Estados Unidos. Entre 2004 y 2009, los cubanos de Estados Unidos sólo podían viajar a la isla 14 días cada tres años, en el mejor de los casos. Para ello debían tener un miembro de su familia en la isla con primer grado de consanguinidad, es decir, abuelos, padres, hermanos, cónyuges e hijos. El cubano que sólo tenía una tía en la isla, por ejemplo, no estaba autorizado a viajar, ni siquiera una vez cada tres años. Las transferencias de dinero también se restringían a 1.200 dólares al año. Obama cumplió su promesa y eliminó esas restricciones. Eso representa algo importante para los cubanos del exterior y para los cubanos de la isla pues se preservan los vínculos familiares.

SL: Entonces sobre este punto Obama se distinguió de su predecesor.

RAQ: Efectivamente. Hasta Obama, la costumbre de los candidatos a la presidencia, cuando viajaban a Miami, era prometer acciones más duras, más enérgicas contra el “régimen castrista”, para satisfacer los intereses de los grandes potentados que controlan la industria del anticastrismo. Al contrario, Obama, consiguió el apoyo de la emigración cubana y tuvo la buena inspiración de insistir en lo que más interesaba a la inmensa mayoría de los cubanos de la Florida: la posibilidad de viajar libremente a Cuba. Obama acertó pues ganó la investidura demócrata, ganó la mayoría en Miami y en la Florida y salió victorioso de la elección presidencial.

SL: ¿Acaso la victoria de Obama en la Florida, bastión tradicional de la derecha republicana, no marcaría un cambio notable a nivel de la composición de la comunidad cubana?

RAQ: Es efectivamente el caso pues la nueva comunidad que representa a la inmensa mayoría de los cubanos de la Florida tiene una actitud diferente de la de la antigua generación nostálgica del antiguo régimen, del exilio duro como se le denomina. Esta franja extremista dispone de la ciudadanía americana y participa en la vida política del país votando, mientras que la nueva generación de emigrados, para una gran parte de ella, no dispone de la ciudadanía americana y no desempeña un papel activo en la vida política de la nación. A pesar de ello, la posición de Obama fue mayoritaria entre los cubanos con la posibilidad de voto. Por otra parte, los cubanos que no votan también tienen una influencia. Pueden ejercer una presión. En una palabra, deben ser tomados en cuenta. Obama, una vez electo puso término a las restricciones.

¿Qué balance hace usted del primer mandato de Obama respecto a Cuba?

RAQ: Creo que se trata de un balance que comparte una mayoría de los ciudadanos estadounidenses. El término más justo para caracterizar este sentimiento general sería “frustración”, pues no se ha ubicado a la altura de las expectativas que ha suscitado su retórica de cambio. Le concedemos no obstante, repito, un enfoque estilístico diferente, más elegante.

En cambio debo decirle que la administración Obama ha sido mucho más consistente en la imposición de multas y sanciones a las empresas extranjeras que violan el marco de las sanciones contra Cuba y que realizan transacciones comerciales con nosotros.

SL: Entonces las sanciones se aplican también a las empresas extranjeras.

RAQ: Conviene recordar que las sanciones económicas disponen de un carácter extraterritorial, es decir que se aplican también a las demás naciones, y ello en violación del Derecho Internacional que prohíbe todo tipo de aplicación extraterritorial de las leyes. Por ejemplo, la ley francesa no se aplica en España, pues la ley francesa respeta el Derecho Internacional. No obstante, la ley estadounidense sobre las sanciones contra Cuba se aplica en todo el mundo.

Varios bancos fueron sancionados con multas de varios millones de dólares, más de 100 millones de dólares para uno de ellos, por realizar transacciones comerciales en dólares y abrir cuentas a empresas cubanas en dólares.

SL: Entonces, por un lado se aliviaron algunas restricciones y por el otro las sanciones contra los violadores de las reglas del embargo se aplican de modo más sistemático.

RAQ: Correcto. Conviene precisar que las relaciones bilaterales bajo Obama no han alcanzado el nivel que existía bajo la administración Carter. Se acercan a lo que existía bajo Clinton.

SL: ¿Cómo era la situación bajo Carter?

RAQ: Carter había puesto fin a las restricciones existentes y había iniciado un proceso de normalización de las relaciones. Se abrieron representaciones diplomáticas, secciones de intereses, en La Habana y en Washington. No sólo los cubanos podían viajar sin restricciones, sino también los americanos. Fue el único periodo en que los turistas americanos podían viajar libremente. Hoy día pueden viajar por todo el mundo, a China, a Vietnam, a Corea del Norte, pero no a Cuba.

Obama ni siquiera ha restablecido este nivel de relaciones mientras que numerosos sectores en Estados Unidos lo exigen, sea el mundo de los negocios, la opinión pública, más de cien miembros del Congreso, etc.

SL: ¿Está dispuesta Cuba a normalizar las relaciones con Estados Unidos?

RAQ: Desde luego. La verdadera cuestión consiste en definir lo que entendemos por normalización de las relaciones. Si nos referimos a la legalidad internacional, Cuba está totalmente dispuesta a normalizar sus relaciones, con tal que Estados Unidos nos reconozca y nos trate sobre una base de igualdad, desde un punto de vista jurídico, como es el caso con todos los demás países del mundo. Le recuerdo que la igualdad soberana entre los Estados es la norma desde el Congreso de Westfalia en 1648. Se trata entonces del respeto de la soberanía y de la independencia. Sobre estas bases, Cuba aspira por supuesto a la normalización de las relaciones con Estados Unidos, lo que es uno de los objetivos históricos de la nación cubana.

Para ello hace falta que Estados Unidos acepte una realidad concreta. Cuba es una entidad separada, independiente y libre que no le pertenece. Le señalo que en el continente americano el único país que no tiene relaciones con nosotros es Estados Unidos.

SL: Según la administración Obama, las relaciones con Cuba no son posibles por la falta de democracia y las violaciones de los derechos humanos.

RAQ: Forma efectivamente parte de la retórica hipócrita del gobierno de Estados Unidos. Si Estados Unidos aplicara estos criterios de modo universal, no tendría relaciones con unos cuantos países.

Sufriría también un grave problema psiquiátrico, pues no podría tener relaciones consigo mismo. Tendría que romper las relaciones con la ciudad de Nueva York donde la policía reprimió brutalmente las manifestaciones pacíficas. 

También tendría que poner término a sus relaciones con las autoridades californianas culpables de exacciones de una violencia inaudita contra manifestantes, los indignados, como se les llama.

Es como si Cuba declarase que rompía sus relaciones con todos los países que no brindaran un acceso universal y gratuito a la salud, a la educación, a la cultura, al deporte, al ocio, etc. No exigimos de Estados Unidos que cambie su sistema para normalizar nuestras relaciones. Desde luego querríamos que todos los ciudadanos americanos tuvieran un acceso universal y gratuito a la salud, a la educación, que las minorías no fueran víctimas de segregación racial y social. Pero, de ningún modo, impondríamos eso como condición previa a la normalización de las relaciones bilaterales, pues respetamos el principio de soberanía. Estados Unidos no pertenece a Cuba, y por eso no tenemos por qué dar nuestra opinión o imponer nuestro punto de vista. Cuba no puede dictar normas de conducto a un Estado extranjero.

Entonces toda la retórica de Obama y de sus predecesores no es más que el reflejo de una vieja tendencia histórica que se remonta a principios del siglo XIX y a Tomás Jefferson, que consideraba a Cuba como un apéndice natural de la Unión americana. Estados Unidos se sentía investido de una misión divina que le permitía dictar su ley a otras naciones. Pero, como usted entenderá, no aceptamos este principio y jamás lo aceptaremos.

El caso Alan Gross

SL: Abordemos ahora el caso Alan Gross que constituye, según Estados Unidos, un obstáculo a la apertura de un diálogo con Cuba. ¿Cómo se justifica la condena de Alan Gross a quince años de cárcel, mientras que, según Washington, sólo estaba en Cuba para ayudar a la comunidad judía de La Habana a conseguir acceso a Internet?

RAQ: Desde luego eso no es cierto. La comunidad judía cubana, que tiene todo nuestro respeto, se pronunció sobre el tema y rechazó con firmeza todo vínculo con las actividades de Gross. La comunidad judía no necesitaba los servicios de Gross pues tiene acceso a las nuevas tecnologías sin problema ninguno. Por otra parte, las relaciones entre la comunidad judía y el gobierno cubano son excelentes y por consiguiente nunca se prestaría a las maniobras subversivas de Estados Unidos. Dispone también de estrechos vínculos con las comunidades judías de todo el mundo, y particularmente con las de Estados Unidos, quienes le proporcionan todo lo que necesita y que viajan regularmente a Cuba. Todo ello se realiza con la plena cooperación del gobierno cubano. Así, la afirmación de Washington carece de fundamento.


SL: ¿De qué se le acusó?

RAQ: El propio Gross se quejó de ser víctima de la política estadounidense. Viajó a Cuba para elaborar el programa de subversión interna creado por Estados Unidos que consiste en distribuir material altamente sofisticado, como teléfonos celulares, a algunos grupos vinculados al gobierno de Estados Unidos, cuyo fin –que Washington reconoce públicamente– es el cambio de régimen. Su presencia tenía una finalidad subversiva, lo que constituye un grave delito en Cuba, pero también en Estados Unidos o en Francia.

SL: ¿Fue juzgado por esos hechos?

RAQ: Fue sometido a un juicio en el cual se benefició de todas las garantías posibles. Él mismo reconoció haberse beneficiado de un juicio justo. Su abogado americano también reconoció que el juicio se desarrolló en buenas condiciones. Sus condiciones de detención le permiten entrar en contacto con la diplomacia americana en Cuba cada vez que lo desea. Cada vez que su mujer solicita una visa para verlo, se la concedemos. También Gross se ha entrevistado regularmente con las personalidades americanas que visitan Cuba, incluso los dirigentes religiosos. La última vez fue el rabino de su comunidad David Shneyer, quien describió las condiciones de su visita. No lo encontró en una prisión de alta seguridad, como afirman los medios de Estados Unidos, sino en un hospital militar, debido a sus problemas de salud. Se le trata con humanidad, con un respeto total a su integridad, en virtud de las leyes cubanas.


El caso de los “Cinco”

SL: Evoquemos ahora el caso de los Cinco. Cuatro de ellos siguen detenidos y el último se encuentra en libertad condicional. Están en prisión desde 1998 por “conspiración con el fin de cometer actos de espionaje” y recibieron severas condenas, desde 15 años a cadena perpetua. ¿Cuáles son las perspectivas futuras?

RAQ: En el caso de René González, que se encuentra en libertad condicional, su abogado intentará persuadir a la 
jueza de que lo deje cumplir su sanción de tres años en Cuba. Del mismo modo, tratamos de conseguir una autorización de visita par su esposa que no ha podido verlo en más de una década, pues Washington le negó sistemáticamente todas las solicitudes de visa. 

Creo que cada uno puede evaluar la diferencia de trato entre Cuba y Estados Unidos en cuanto a las visitas familiares de los presos. Cuba aceptó sistemáticamente todas las solicitudes de visa de la esposa de Gross. Washington negó sistemáticamente todas las solicitudes de visa de Olga Salanueva, esposa de René González, y de Adriana Pérez, esposa de Gerardo Hernández. 

Del mismo modo, René González hará una solicitud de visita a Cuba para ver a su familia, pues la libertad condicional, según la ley, permite esa posibilidad. También le es posible cumplir su pena fuera del territorio de Estados Unidos.

Para los otros cuatro presos, los procesos de hábeas corpus siguen vigentes. Los tres trámites administrativos –una moción de la defensa, una respuesta de la fiscalía y una réplica de la defensa– casi se han terminado para Antonio Guerrero y Gerardo Hernández. En cuanto a Ramón Labañino y Fernando González, estamos esperando la respuesta de la fiscalía, es decir del gobierno de Estados Unidos. A principios de 2012, la defensa se expresará de nuevo y responderá al gobierno.

SL: ¿Por qué los casos se estudian de modo separado?

RAQ: En realidad, este procedimiento extraordinario de hábeas corpus sólo es posible si el juicio llega a su término, lo que es el caso para Gerardo Hernández y René González, tras el rechazo de la Corte Suprema a estudiar el asunto. En cuanto a Antonio, Ramón y Fernando, el juicio se acabó cuando el tribunal fijó nuevas sentencias tras el proceso en apelación. Esas decisiones ocurrieron en dos momentos diferentes, y por eso se estudian los casos de modo separado.

SL: Sin embargo la solución parece más política que jurídica.

RAQ: Es efectivamente el caso, de ahí la necesidad de convencer al presidente Obama de liberarlos. Se trata, a mi parecer, de una obligación moral de su parte, que puede realizar con una simple decisión ejecutiva que le permite la Constitución de Estados Unidos. Esta decisión la puede tomar en cualquier momento, poco importa el desarrollo del juicio.

SL: ¿Por qué tendría que tomar Obama semejante decisión?

RAQ: Simplemente porque son personas inocentes. Le recuerdo que su presencia en Estados Unidos tenía como objetivo impedir la realización de atentados terroristas contra Cuba, infiltrando no entidades gubernamentales –lo que hubiera podido justificar el cargo de espionaje– sino grupúsculos violentos de la extrema derecha del exilio cubano implicado en actos de terrorismo contra Cuba. Su misión era necesaria en la medida en que esos grupos siempre actuaron con total impunidad. Le recuerdo que Luis Posada Carriles, antiguo agente de la CIA, autor intelectual de más de un centenar de asesinatos –no lo afirmo yo sino él mismo en una entrevista el New York Times el 12 de julio de 1998; es también lo que afirman dos informes de la CIA y del FBI desclasificados en 2004 y 2005– se encuentra todavía en libertad y jamás fue juzgado por sus crímenes. 

Le recuerdo también que en 1998 invitamos a dos importantes directores del FBI para entregarles un voluminoso informe, recopilado por nuestros agentes, sobre las actividades terroristas de grupos de Miami. Nos prometieron neutralizarlos, y cuando llegaron a Miami en vez de cumplir con su deber, arrestaron a los Cinco.

Esta realidad del terrorismo contra Cuba vuelve a salir a plena luz con la salida de René González.

SL: Explíquese.

RAQ: La fiscalía rechazó categóricamente que René González cumpliera su pena de libertad supervisada en Cuba. La jueza aceptó la petición de la fiscalía y declaró que, de momento, tenía que cumplir su pena en Estados Unidos. En la declaración escrita, la jueza mencionó de nuevo, tres veces, la “condición especial adicional”, que le había impuesto durante du condena en 2001, y que debe respetar.

SL: ¿En qué consiste esta “condición especial adicional”?

RAQ: Esta “condición especial adicional a la libertad supervisada” estipula que “al acusado se le prohíbe asociarse o visitar lugares específicos donde se conoce que están, o frecuentan, individuos o grupos tales como terroristas, miembros de organizaciones que promueven la violencia y figuras del crimen organizado”. Se trata de una cita textual que se puede encontrar en la Transcripción de la Audiencia para las Sentencias ante la Honorable Joan A. Lenard, 12 de diciembre de 2001, páginas 45-46. 

Se trata aquí de un reconocimiento explícito de que las autoridades de Estados Unidos han identificado a grupos o individuos a quienes consideran terroristas, miembros de organización que promueven la violencia o figuras del crimen organizado. Saben quiénes son y dónde se encuentran, pero no hacen nada para neutralizarlos. Al mismo tiempo prohíben que un ciudadano americano, René González –pues nació en Estados Unidos– los visite o intente actuar contra esos grupos.

SL: Eso es bastante sorprendente. Es una declaración asombrosa.

RAQ: Encontrará esta declaración en la transcripción del juicio y en la declaración reciente de la fiscalía y de la jueza, cuando René González solicitó la autorización para cumplir su condena en Cuba. El objetivo de esta condición es evidentemente proteger a esas tres categorías de individuos. Si tiene una mejor explicación, me la da por favor.
Ello supone que las autoridades, que saben donde se encuentran estos individuos, vigilan constantemente a René González para asegurarse de que no viola su libertad supervisada. Si por desgracia René González se acercase a esos lugares para frustrar sus planes, regresaría inmediatamente a la cárcel.

SL: Esta situación parece bastante surrealista

RAQ: Sin embargo es la realidad, aunque es por lo menos insólita. Encontrará, repito, esta declaración a lo largo del juicio. La fiscalía insistió ampliamente en ello. La jueza dictó las sentencias, en el memorándum de sentencias, en que el gobierno propone las penas –es inútil recordarle que el gobierno pidió las penas máximas por cada cargo-. La fiscalía incluso cometió graves errores, de ahí la decisión de la Corte de Apelación de Atlanta de dictar nuevas sentencias para Antonio Guerrero, Ramón Labañino y Fernando González. Esa misma fiscalía, en ese mismo memorándum de sentencias, ante el Tribunal, oralmente, insistió en el hecho de que para el gobierno de Estados Unidos eran tan importante aplicar las penas máximas como garantizar la incapacidad del acusado a retomar las actividades por las cuales fue condenando –es decir infiltrar a grupos terroristas pero de modo pacífico, sin armas ni violencia para luego informar a Cuba–, de ahí la necesidad de imponer esa “condición especial adicional”. Esa “condición especial adicional” se impuso a los Cinco, incluso a Gerardo Hernández que fue condenado a dos cadenas perpetuas más quince años. Cado uno de ellos, cuando cumpla su sentencia –para Gerardo será durante su tercera vida– tendrá que mantenerse alejado de esos grupos terroristas y le tocará al gobierno asegurarse de que sea así para que no retomen las actividades que los llevaron a la cárcel.

Para Gerardo, Ramón y Fernando, la fiscalía subrayó que será el caso pues se prevé que sean expulsados del territorio americano. Todo esto está escrito en el memorándum de sentencias. René y Antonio –ambos ciudadanos americanos– no pueden ser expulsados y por eso se les impuso esa “condición especial adicional”. René tendrá que respetarla incluso después de su libertad supervisada, lo mismo que Antonio, si acaso se beneficiase de ella.

En otras palabras, las autoridades de Estados Unidos reconocen que en la ciudad de Miami existen grupos terroristas, violentos y mafiosos. Saben quiénes son y dónde están, pero les garantiza una total impunidad. Le prohíben así a un ciudadano americano libre hacer cualquier cosa para neutralizarlos.

SL: ¿Según usted qué demuestra eso?

RAQ: Eso demuestra claramente la inocencia de los Cinco, pues lo que hacían en Estados Unidos no era un delito. No es un delito impedir la realización de un acto de terrorismo. Luchar contra la violencia, los delitos y el terrorismo no es un crimen en ninguna parte. Lamentablemente, esta historia surrealista ha perdurado por la dictadura mediática. Si este caso hubiese tenido la cobertura debida, habría suscitado una indignación tan grande entre la opinión pública americana que la posición del gobierno habría sido insostenible. ¿Qué diría la opinión pública estadounidense si se enterara de que el gobierno protege a los terroristas y encarcela a los que luchan contra la violencia?

Imagínese si mañana el gobierno decidiera arrestar a René González por acercarse a un grupo terrorista. ¿Por qué el gobierno americano puede actuar así? Simplemente porque la opinión pública no lo sabe por la complicidad mediática en este asunto. Si se supiera, los Cinco estarían en Cuba desde hace rato.

Fíjese, René salió de prisión en octubre de 2011 y se le impone esta condición no para protegerlo sino para proteger a los grupúsculos terroristas. ¿No es un colmo?

Repito, el presidente Obama tiene el deber de liberar a los Cinco, sin dilación alguna. También es el interés de Estados Unidos. Este caso ilustra cada día el carácter profundamente hipócrita de la política antiterrorista de Estados Unidos, que de un lado pretende llevar una lucha global contra esta plaga y del otro protege a criminales en su territorio encarcelando a los que intentan desbaratar sus planes.

En este momento, el gobierno federal incluso dedica recursos para vigilar a René González y protegerlos. René cumplió una pena de trece años de prisión por tratar de impedir la realización de actos terroristas contra Cuba. Igual que los demás. Se trata del primer caso de “espionaje” en la historia de Estados Unidos en que no se violó ni un solo documento secreto. Por ello, la Corte de Apelación de Atlanta reconoció que no se trataba de un caso de espionaje.

El petróleo

SL: Otro tema ahora. Cuba dispone de importantes yacimientos petroleros que se explotarán próximamente. ¿Piensa usted que el petróleo será el elemento clave que contribuirá a la normalización de las relaciones con Estados Unidos?

RAQ: Tenemos en efecto mucha esperanza de que las próximas prospecciones que se realizarán en plena mar en la zona exclusiva de Cuba sean fructíferas. Todos los análisis lo indican, incluso los estudios que realizaron especialistas de Estados Unidos. Las reservas son relativamente importantes y contribuirán sustancialmente al desarrollo económico de Cuba.

En cambio, creo que lo que nos llevará a la normalización de nuestras relaciones, más que el petróleo, serán la historia y la geografía. Los dirigentes de Washington deben aceptar de una vez que Cuba es una entidad separada de Estados Unidos, que históricamente no les pertenece. Por consiguiente, deben intentar establecer una relación normal basada en el respeto de la soberanía y de la independencia.

Claro que el petróleo cambiará las cosas a medida que la extracción se amplíe. El mundo de los negocios de Estados Unidos desea tener relaciones normales con Cuba.

Los presos políticos

SL: En 2010, tras un diálogo con la Iglesia Católica y España, Cuba decidió liberar a todos los presos denominados políticos. ¿Cómo se explicaba su presencia en la cárcel?

RAQ: Todas las personas de las cuales me habla fueron declaradas culpables por nuestros tribunales de asociación con una potencia extranjera, a saber Estados Unidos. Aceptaron ser financiadas por Washington para promover un cambio de régimen en Cuba. Es una grave violación del código penal cubano. Le recuerdo que los códigos penales del mundo entero clasifican como delito este tipo de actuación. Por ejemplo, está terminantemente prohibido en Francia ser financiado por una potencia extranjera con el objetivo de atentar contra los intereses fundamentales de la nación. Es exactamente lo mismo en Estados Unidos.

SL: Se trata aquí del punto de vista cubano.

RAQ: Permítame decirle que existe una manera relativamente fácil de confirmar nuestra versión. Basta consultar los documentos oficiales de Estados Unidos, que son públicos y están disponibles, en los cuales se reconoce que uno de los pilares fundamentales de la política exterior de Washington hacia Cuba consiste en financiar a una oposición interna. No sólo Estados Unidos no niega nuestra versión, sino que la reivindican en informes y leyes oficiales. 

Observará usted también que las personas a quienes califica de presos políticos nunca negaron el hecho de que eran estipendiadas por Estados Unidos. Fueron condenadas a penas establecidas en nuestro código penal por formar parte de un plan destinado a subvertir el orden establecido, y no por delito de opinión.

SL: ¿Por qué fueron liberados?

RAQ: La Iglesia Católica y las autoridades españolas demostraron que se podía encontrar una solución con las autoridades cubanas si las relaciones se basaban en el diálogo respetuoso. Se trata aquí de un tema humanitario y demostramos que Cuba sabía mostrarse magnánima y generosa, pues le recuerdo que la finalidad de Estados Unidos es acabar con la independencia de Cuba. Si los proyectos subversivos que elaboraron las personas a las que liberamos hubiesen funcionado, Cuba habría dejado de ser una entidad soberana e independiente. Se cometieron graves delitos y no hay que olvidarlo.

Recordemos que algunas de esas personas fueron liberadas en el pasado por razones de salud, mucho antes del diálogo con el cardenal Jaime Ortega. Ese diálogo fue positivo para beneficio de todos y debemos reconocer que la cooperación del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero fue importante.

Las relaciones con la Iglesia Católica y el Vaticano

SL: ¿A qué se debe el acercamiento a las autoridades religiosas? ¿Cuál es el estado de las relaciones con el Vaticano?

RAQ: Las relaciones con la Iglesia Cubana son muy buenas. Los católicos forman parte de la sociedad cubana. Disponen de un espacio que ocupan plenamente. Lo más importante para Cuba es la unidad de la nación en toda su diversidad.

Al inicio de la Revolución hubo tensiones y desacuerdos con algunos sectores de la Iglesia, particularmente los sectores extranjeros de la Iglesia, muy ligados a la Falange Española y al régimen franquista de la época, quienes se opusieron al proceso revolucionario. Conviene recordar que esos sectores implementaron la Operación Pedro Pan y sacaron del país a 14.000 niños, separándolos irremediablemente de sus padres.

Las cosas son diferentes ahora. La Iglesia Católica es cubana y patriótica. El Cardenal Jaime Ortega pronunció un discurso pastoral exhortando a los creyentes a que participaran en el debate sobre la actualización del modelo económico y social y expresaran sus opiniones.
 
En cuanto a las relaciones con el Vaticano son cordiales, pues nunca hubo un problema entre ambos Estados, Cuba y el Vaticano.

SL: ¿Qué representa para Cuba la próxima visita del Papa Benedicto XVI en marzo de 2012?

RAQ: Le damos a esta visita mucha importancia pues permitirá desarrollar más nuestras relaciones con el Vaticano. Estamos convencidos de que esta visita, como la de Su Santidad Juan Pablo II en enero de 1998, tendrá un impacto positivo en la sociedad cubana y permitirá reforzar la unidad nacional.

En 2012, celebramos el 400 aniversario de la aparición de la Virgen en la Bahía de Nipe. Es un evento muy importante. Hubo muchas procesiones religiosas a través de la isla en 2011. Es un símbolo fundamental para el catolicismo cubano, pero va más allá de este sector, poco importan las creencias religiosas pues se trata también de un símbolo nacional. Forma parte de los valores nacionales cubanos y contribuye a la cohesión del país. Muchos cubanos que no son católicos rinden culto a la Virgen de la Caridad. Este aniversario es tan importante que lo conmemoramos en eventos masivos en todo el territorio nacional, con la Virgen, las autoridades eclesiásticas, el poder civil, el Partido Comunista, los sindicatos, los creyentes, los ateos, aunque se ignore esta realidad en el exterior.
Saludaremos entonces con mucho agradecimiento la visita de Su Santidad.

La Unión Europea

SL: Una palabra sobre las relaciones con la Unión Europea. ¿Sigue siendo el levantamiento de la Posición Común en vigor desde 1996 una condición necesaria para el restablecimiento de relaciones diplomáticas normales?

RAQ: La Posición Común sigue siendo el principal obstáculo a la plena normalización de las relaciones bilaterales con Bruselas. No obstante hemos mantenido buenas relaciones con varios países europeos que no han seguido las recomendaciones de la Posición Común.

La Posición Común, que limita las relaciones políticas, diplomáticas y culturales, simboliza el alineamiento de la política exterior europea sobre la de Washington, con la retórica habitual de la democracia y los derechos humanos. Bruselas aceptó la política de Estados Unidos hacia Cuba, y hay que subrayar que se trata de una política antieuropea.

SL: ¿Cómo es eso?

RAQ: Volvamos al origen de la Posición Común. En 1996, el Congreso de Estados Unidos adoptó la ley Helms-Burton que aumenta las sanciones económicas contra Cuba. Ese voto provocó una confrontación con la Unión Europea por el carácter extraterritorial de la legislación. En una palabra, las empresas europeas que invertían en Cuba se arriesgaban a ver sus haberes confiscados en Estados Unidos. La Unión Europea llevó el caso a la Organización Mundial del Comercio. Se concluyó un acuerdo entre Estados Unidos y la Unión Europea en un documento titulado “memorándum de acuerdo”, si mal no recuerdo. Washington aceptaba suspender el Título III de la Ley Helms-Burton que perjudicaba los intereses europeos, y a cambio Bruselas se comprometía a alinear su política exterior con la de Estados Unidos y a apoyar los objetivos estratégicos de Estados Unidos en Cuba, es decir un cambio de régimen. Usted puede encontrar todo eso en el memorándum que redactaron Stuart Eizenstat, entonces subsecretario de Estado, y su homólogo europeo.

La Unión Europea respetó religiosamente su parte del contrato e impuso la Posición Común en 1996, que calificamos de anacrónica, discriminatoria, ilegítima y contradictoria. Esta Posición se ha mantenido a pesar del hecho de que todas las administraciones americanas, Clinton, Bush y Obama, se han burlado del acuerdo firmado y lo han violado repetidas veces.

SL: ¿De qué modo?

RAQ: Ninguna administración ha consentido a modificar la ley Helms-Burton, a pesar de la suspensión del Título III. No hay ningún documento escrito al respecto, ni de Clinton, ni de Bush, ni de Obama, que pida al Congreso que ajuste la ley al acuerdo firmado con Bruselas, eliminando simplemente los aspectos extraterritoriales, como la suspensión de visas a los inversionistas europeos que tienen intereses en Cuba o la posibilidad de demandas legales en Estados Unidos.

Desde 1996, Estados Unidos ha impuesto multas de varios millones de dólares a bancos y empresas europeas, la más alta alcanzó la suma de 100 millones de dólares a un banco suizo. Europa aceptó esas sanciones sin chistar. A pesar del memorándum de acuerdo y su respeto escrupuloso por parte de la Unión Europea, Washington ha sancionado regularmente a la Unión Europea sin que ésta proteste. Hace quince años que Washington se burla singularmente de Bruselas.

Para que Cuba pueda tener una relación normal con la Unión Europea, es indispensable que Bruselas reafirme su soberanía y se comporte como una entidad independiente no subordinada a la política de Washington hacia La Habana. Algunos Estados europeos, repito, fueron lo suficientemente sagaces como para entender que esta situación era a la vez insostenible e inaceptable y decidieron adoptar una política autónoma hacia Cuba.

La Posición Común, por lo que representa, constituye un obstáculo fundamental al establecimiento de relaciones bilaterales sanas. Pensamos que es de interés de la Unión Europea disponer de una política independiente hacia Cuba. Es particularmente vergonzoso ver la manera en que Estados Unidos ha utilizado a la Unión Europea y el modo en que se ha burlado de ella al no respetar el acuerdo firmado.

América Latina

SL: Desde la elección de Hugo Chávez en 1998, Venezuela se ha convertido en un socio estratégico de Cuba. ¿Cómo vivió Cuba la grave enfermedad del Presidente Chávez, víctima de un cáncer? ¿Cómo se encuentra de salud?

RAQ: Chávez logró librarse de su grave enfermedad, según nuestras informaciones. El cáncer es una enfermedad seria pero que se puede curar, con una atención adecuada.

Con Venezuela tenemos las mejores relaciones posibles en un contexto de una América Latina nueva, emancipada. Tenemos excelentes relaciones con muchos otros Estados latinoamericanos, como Brasil, o del mundo, como Rusia, China, Argelia o Angola, entre otros. Como lo puede constatar, no nos encontramos aislados.

Chávez sufrió una pequeña transformación física debido a la enfermedad. El cáncer, como sabe usted, provoca la caída del cabello. Aumentó unas libras, pero afortunadamente, el peligro ya pasó.

Lula, el ex presidente de Brasil, también tuvo un problema similar y está fuera de peligro, y nos alegramos de ello.

El futuro de Cuba

SL: Última pregunta. ¿Cuál será el destino de Cuba después de Fidel Castro y de Raúl Castro?

RAQ: No soy muy bueno para las predicciones. Nosotros pensamos que Fidel y Raúl Castro tienen el mérito de dedicar su vida para asegurar que Cuba sea una nación independiente, libre y socialista, más allá de la generación histórica que hizo la Revolución, más allá de su propia existencia. Es verdad sin embargo que su desaparición ocasionará un vacío enorme, lo que es natural por el papel que han desempeñado en la historia.

En vez de especular sobre el futuro, ¿por qué no miramos al presente? Pensamos que Cuba seguirá avanzado, desarrollándose, perfeccionando su sistema de sociedad. Echemos un ojo al relevo. Las autoridades cubanas actuales, del nivel central al nivel municipal, las instancias del gobierno, el Partido Comunista Cubano –del Comité Central hasta los núcleos de base–, las organizaciones sociales –desde la dirección hasta la militancia–, por todas partes, la inmensa mayoría de los cuadros dirigentes y de los principales responsables son personas que nacieron después del triunfo de la Revolución en 1959.

La sociedad cubana está lejos de que la dirija la generación del Moncada (1953). Hace rato que los antiguos combatientes de la Revolución fueron sustituidos por cuadros más jóvenes, por razones biológicas evidentes. El hecho de que una parte de la generación histórica esté viva y activa no es un problema, al contrario. Cuba tiene la suerte de poder contar con sus líderes históricos. ¿Cómo sería el mundo si Lenin hubiera vivido más tiempo, si hubiera podido alcanzar la edad de Fidel o de Raúl, si hubiera podido dirigir la Unión Soviética en vez de Stalin y los que siguieron? ¿Habría sido negativo para la Unión Soviética? Estoy convencido de lo contrario. Si esa generación hubiera podido sobrevivir, el mundo sería diferente. Esa es precisamente la característica de la Revolución Cubana, que ha podido contar con sus líderes históricos durante varias décadas.

Fidel y Raúl Castro no han dirigido Cuba de modo vertical como podrían pensar algunos. No se puede imaginar hasta qué punto han sido los promotores de la ascensión de los jóvenes cuadros que ocupan actualmente puestos importantes en el poder a todos los niveles. Un ejemplo concreto: el secretario del Partido de la Provincia de La Habana, es decir la más importante del país, es una mujer negra menor de cincuenta años. Es precisamente eso lo que explica la Cuba de hoy. Le decía que las decisiones se tomaban de modo colegiado, y no se trata de reuniones de viejos combatientes, al contrario. La mayoría de nuestros cuadros dirigentes podrían ser los hijos o los nietos de la generación histórica por su edad, es decir, entre 25 y 55 años. Son la garantía de que después de Fidel y Raúl Castro y de la generación histórica, Cuba seguirá siendo una nación independiente, libre y soberana, con un socialismo renovado. Estamos convencidos que no habrá un regreso al pasado pues se trata de la tendencia histórica del continente latinoamericano.

*Doctor en Estudios Ibéricos y Latinoamericanos de la Universidad Paris Sorbonne-Paris IV, Salim Lamrani es profesor encargado de cursos en la Universidad Paris-Sorbonne-Paris IV y en la Universidad Paris-Est Marne-la-Vallée y periodista, especialista de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Su último libro se titula Etat de siège. Les sanctions économiques des Etats-Unis contre Cuba, París, Ediciones Estrella, 2011, con un prólogo de Wayne S. Smith y un prefacio de Paul Estrade. 

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